sábado, 25 de julio de 2009

Trivializacion (ejercicio de puntuacion)

Versión con oraciones largas.

La noche no tiene nada de especial, con la seguridad que eso implica: la cena, los chicos durmiendo y el ritual cotidiano del zapping antes de dormir, seguramente el salto furioso se detendrá en alguna película insignificante pero colorida.

El brillo de la pantalla ilumina mi cara en el clásico cliché archiconocido, luces destellantes que vistas desde fuera del cuarto parecería una habitación donde se esta practicando un exorcismo (también de película).

Casi al azar me detengo en uno de los canales que transmiten el correspondiente programa donde compiten personajes con un supuesto potencial de artistas son sistemática y prolijamente desmembrados por un jurado de supuestos notables: los estragos que hace el hambre.

Segundos después, ya al límite de mi aguante, el pulgar se deposita apenas sobre el botón de channel y en milisegundos estoy en el canal vecino. Esta vez un noticiero que muestra el video del atentado suicida del día de hoy: la Nada y la Tragedia a un click de distancia.

Prefiero apagar la tele y leer alguna cosa, mi último pensamiento antes de hundirme en el sueño es cómo la pantalla plana se ha convertido en la metáfora perfecta del mundo de hoy.


Versión con oraciones cortas

Esta noche no tiene nada especial. Una más con su rutina sin dudas reconfortante por su previsibilidad. El silencio llegó en simultáneo con el sueño de los chicos. Me acuesto y ejecuto el acostumbrado preludio del zapping. El cliché de la cara iluminada por los destellos de la pantalla.

Algo me hace detenerme en el popular programa de desmembramiento de descubrimiento de nuevos talentos televisivos. Pobre gente con berretín de talentosos. Una inquisición electrónica con tribunal de dudosos notables.

Apenas a un canal de distancia veo en un noticiero el nada especial atentado suicida del día. Menú fijo elegido por un cheff sin duda diábolico, probablemente accionista principal del noticiero.

No hay caso, la tele es así. Mi último pensamiento antes de dormir es que perfecta metáfora de nuestro mundo es la pantalla plana de la tele en que lo miramos.


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