lunes, 10 de agosto de 2009

Caja de miedo

      Ya estoy adentro, es un lugar grande, oscuro, una habitación que conozco. Sé que sus límites están lejos pero la familiaridad me da seguridad. Estoy adentro y de pronto me doy cuenta que hay alguien que me está mirando desde un rincón desde la izquierda de mi espalda. No lo veo pero soy consciente de su mirada amenazadora, furiosa, con ojos inyectados en sangre, está listo para matarme. No puedo hacer nada. Congelado. Siento su terrible presencia. El miedo me llena por completo. Transpirando, confundido y agitado me despierta mi propio alarido, a esta edad la taquicardia no es joda.
      Los sueños en general no se recuerdan, pero éste es diferente, lo fui reconstruyendo en mi conciencia de a pedacitos, de tantas veces que lo soñé. Una y otra y otra vez vuelve idéntico en su desarrollo y desenlace. Está conmigo desde el principio de mi memoria, como un amigo insoportable que viene sin avisar en el momento menos oportuno pero igual nos desvivimos para hacerlo sentir cómodo, lo que lo hace volver y volver y volver.

Just a castaway, an island lost at sea, oh
Another lonely day, with no one here but me, oh

      Olor a verano, sabor a mar y textura sedosa, un mundo fácil, sin complicaciones (si las hubo, la memoria me ha regalado su olvido, gracias). Días simples, de las épocas donde la barra se juntaba en la calle, una logia acnéfila y vinilos comprados con esfuerzo.

More loneliness than any man could bear
Rescue me before I fall into despair, oh

      Las mañanas son olvidables ú olvidadas, lo mismo da. El almuerzo con milanesas caseras. Lo interesante empieza después. Sin acuerdo previo nos vamos juntando en alguno de nuestros lugares: el escalón de la despensa, la viscera del kiosco obviamente naranja o la galería de la carnicería de toldo a rayas verdes y blancas. Ahí se define la estrategia del día.

Ill send an s.o.s. to the world
Ill send an s.o.s. to the world

      Llueve, motivo sin culpa para no ir a la playa y quedarme leyendo. Ando por países de octubre y hombres ilustrados. Entusiasmo adolescente, los libros son devorados uno tras otro mientras mis amigos me empiezan a llamar a escondidas “el traga”, no entenden mis desapariciones de jornada completa de esos días.

I hope that someone gets my
I hope that someone gets my

      Esta noche vamos a comer pizza en Los Cuatro, te cobran el cubierto y comés todo lo que quieras. La legión enfila hacia su destino abarcando toda la calle, poderosos y seguros, con los suéters en la espalda atados por las mangas, cancherísimos. Somos los centuriones y volvemos del saqueo unas horas después con la panza como globo.

I hope that someone gets my

      Asalto en lo de Caio, fui su compañero de primaria pero nunca demasiado amigo. Ese día paso mil veces por el frente de su casa a ver si consigo la clave para entrar. El concilio de la tarde decide que nos apostaremos en la puerta y que yo sea el emisario que negociará el ingreso. Parece que van las chicas del Comercial y esto no se puede dejar pasar. Lo único que importa en la vida son los lentos.

Message in a bottle, yeah
Message in a bottle, yeah

      En este mundo de hombres valientes con hombros dorados sí que estamos cómodos, nos sabemos mirados y admirados por todas las mujeres (las lindas, es decir, las únicas visibles) de Playa Grande, pero no vamos a perder ni un minuto con ellas, ahí viene una que pinta de tubo.

Message in a bottle, yeah
Message in a bottle, yeah

      Sopita y a la cama, el sol me dejó una sensación agradable en la piel, acunado por la ducha tibia y las sábanas de algodón. La ventana abierta sopla un aire fresco con olor a noche, algún grillo y un motor lejano. Mi viejo tose en la cocina, no sé por qué no deja de fumar el boludo. El cansancio de un día entre las olas se siente como una vibración en los músculos jóvenes. Leo en la cama, de a poco las letras se desdibujan, se empantanan las páginas. Se me cae el libro sobre la cara y me despabila lo suficiente para apagar el velador, sacarme los lentes y nada más. El sueño llega suave, acariciante, dulce. Veo la puerta y entro, es un lugar grande, oscuro, una habitación que conozco.

Jch, 8/8/09

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